LA RELACIÓN DE INTERDEPENDENCIA Y EL CONCEPTO DE GRUPO!
LA RELACIÓN DE INTERDEPENDENCIA Y EL CONCEPTO DE GRUPO!
#PsicologiaSocial #Grupos #Relacion #Iterdependencia #Pandemia #Emociones #Cuarentena #Miedos #Ansiedades #Estres #JorgeAlvarez
A partir del texto que hemos utilizado para exponer la teoría topológica, “La teoría del campo en la Ciencia Social” (1951), realizaremos ahora la exposición sobre 250 las principales elaboraciones de Lewin sobre los grupos.
A diferencia de la teoría del campo, en cuanto a la problemática grupal el texto se presenta bastante más ordenado.140 En una primera mención a la cuestión de los grupos, ya desde el capítulo I del libro, titulado “Formalización y progreso en Psicología”, Lewin se muestra optimista frente al desarrollo conceptual y metodológico: “Con respecto a las tareas próximas, existe la esperanza de que pronto se logre la medición cuantitativa de las fuerzas psicológicas… Uno de los campos que con más urgencia requiere mejoras, es el de la psicología social. A mi juicio, es posible hoy definir operacionalmente los grupos y las metas grupales y el tipo de constructos que a ellos se refieren. Con esa ayuda se han elaborado las predicciones, confirmadas experimentalmente, acerca del efecto de ciertas atmósferas sociales sobre la vida del grupo. Necesitan pulimento, empero, un número de constructos básicos en psicología social, incluyendo el de los campos inductores (campos de fuerza). El progreso así logrado en el desarrollo conceptual de la psicología garantiza nuestro optimismo” (1951, pág. 40). Desarrollaremos ahora la diversas formas en que Lewin concibe los grupos, y el modo en que articula los conceptos de la teoría del campo para comprender los fenómenos grupales. En el capítulo VI, titulado “La teoría del campo y la experimentación social” Lewin propondrá un primer acercamiento a la noción de grupo. Parte de dos supuestos que recorren toda su obra: a) en términos científicos es importante caracterizar un acontecimiento o un objeto por su interdependencia antes que por la semejanza (o desemejanza). b) en el desarrollo de las ciencias (sociales) se daba una transición de los conceptos fenotípicos a los constructos dinámicos o genéticos (basados en la interdependencia). A partir de estos supuestos, Lewin tomará dos situaciones que utiliza como ejemplos: el caso de los grupos sociales, y el caso de la adolescencia. Si bien es claro el carácter ilustrativo de la exposición, también es evidente que Lewin considera que es el propio desarrollo de la teoría del campo el que permite el conocimiento de un campo tan complejo como el del grupo. Es interesante destacar que en esa referencia a la transición teórica de los conceptos fenotípicos a los dinámicos o genéticos, se encuentran las diversas formas en que se han entendido los grupos. Es decir, en el propio concepto de grupo estas dos ideas –aristotélica y galileana, en términos de Lewin– estarían presentes. Y esto, por qué sucede así? Por un lado, la respuesta que Lewin da es la de la transición del modo de pensar aristotélico al galileano. Podemos agregar algo más: se trata de distintas maneras de “representarse” a los grupos. Una forma lo constituiría la “percepción” de los miembros, otra, la forma científica de considerarlo. Es decir, 1) el grupo, tal como se presenta para sus actores, para sus integrantes, y 2) el grupo, tal como lo “ve” el observador. Esta discriminación que ha sido propuesta como la diferencia entre la noción empírica, o vivencial del grupo, y el concepto de grupo ha sido tratada por diversos autores. Actualmente podríamos decir que es una expresión de lo que se ha llamado la “resistencia epistemológica” (Bachelard) al concepto de grupo.141 En unas pocas líneas, Lewin puntualiza muchos de los problemas que existían acerca de los grupos y su conocimiento: “La definición del concepto ‘grupo’ tiene una historia un tanto caótica. El término está mezclado con problemas filosóficos y metafísicos. Uno de los principales puntos en discusión era si el grupo posee una mente de grupo y si, por consiguiente, constituye una entidad supraindividual. Además, en la discusión se dio con frecuencia mucha importancia a la diferencia entre Gemeinschaft y Gesellschaft, y si se trataba simplemente de cuestiones de organización formal o si existían algo así como una ‘unidad natural del grupo’ basada en factores tales como la empatía” (pág. 142). Como vemos, la capacidad de análisis de Lewin no deja dudas: en cuatro líneas ha esbozado algunas cuestiones que serán centrales para toda teoría de grupos. Grupo (entidad supraindividual) o individuos, Gemeinschaft y la Gesellschaft (sociedad y comunidad) como las dos grandes formas de articulación social, y por último, las ideas que consideraban a los grupos como una cuestión de organización formal o por el contrario, informal, algo producido de forma espontánea. 1) Remite a una discusión que ya ha sido mencionada: Durkheim / Tarde, y diversos continuadores de la polémica, como F. Allport. Y remite también a la cuestión de considerar a la sociedad como una entidad efectivamente existente, o como un agregado de individuos. Así, la pregunta ¿existen los grupos? es idéntica al hecho de preguntarse: ¿existe la sociedad? Se trata de una cuestión epistemológica que va más allá de la psicología. Por otra parte, es importante también quién se hace esa pregunta: si desde una psicología, o desde una sociología, o desde la política (que necesitaría tener claras las respuestas), etc. Y Lewin no desconoce esta consideración, al contrario, su punto de partida reside en una voluntad de intervención definida. 2) La cuestión de sociedad-comunidad no es un juego abstracto de términos, sino un intento de dar respuesta a ciertas problemáticas, entre ellas, la degradación y transformación de ciertas formas de vida, etc. El hecho de que la respuesta haya sido dada desde una posición dualista agregaría una complejidad adicional al asunto, pero éste queda en pie: ¿Cómo comprender los complejos vínculos que existen entre los hombres? El par sociedad / comunidad constituyó un intento de respuesta. El campo grupal, y sus diversas producciones estarían en el mismo registro. 3) La mención final que realiza Lewin para mostrar las dificultades que existen en la determinación del término grupo remite a algo que hemos desarrollado anteriormente: grupo formal e informal, primario / secundario, etc. Lewin plantea que el aporte que permitirá poner orden en ese caos lo constituye la teoría de la Gestalt; y afirma que a quien esté familiarizado con esa teoría, las ideas sobre la mente de grupo le resultarán “familiares”. El aporte proveniente de la teoría de la Gestalt reside en haber descubierto que “un todo dinámico posee propiedades diferentes de las propiedades de sus partes o de la suma de sus partes”.
Ahora bien, Lewin se refiere a lo que llama el “desarrollo histórico del concepto de totalidad o Gestalt”, y considera que si bien al principio de esa concepción psicológica se decía que el todo es más que la suma de las partes, esa idea ha variado en un sentido importante. No se trataría de “más que”, sino de que el todo es diferente de la suma de las partes. No es un “más que”, sino una “diferencia”. El autor es explícito: “En otras palabras, no existe una superioridad de valor del todo. Ambos, el todo y las partes son igualmente reales” Esta precisión conceptual implica un avance en la definición de Gestalt en tanto estructura; así, la estructura (el “todo”) tendría propiedades diferentes. Y lo que sucedió posteriormente en el desarrollo de las teorías grupales –y en el conjunto de las ciencias sociales– parece haber ido por ese camino. Puede considerarse que ahí reside el aporte fundamental lewiniano: indicó una dirección, una forma de comprender el grupo, específica, propia, irreductible a otras. Es evidente la potencia, la fecundidad de su noción de campo: delimita un objeto (un fenómeno) como tal. Delimita el objeto grupo. Lewin avanza en la dirección mencionada: Por una parte, afirma que no hay superioridad de valor del todo (sobre las partes). Por otra parte, postula que existen “todos” con distintos grados de unidad dinámica. Y establece aquí un continuum interesante: – desde un extremo, donde se encuentran agregados de objetos independientes; – otros, cuyo grado de unidad es muy pequeño; – otros, con un grado elevado de unidad, y – finalmente, en el otro extremo, hay todos con tal grado de unidad que resulta inadecuado hablar de partes. Estas consideraciones acercan a Lewin a las elaboraciones realizadas por Bleger y Pichon-Rivière, a partir de las elaboraciones de M. Mahler sobre individuación y simbiosis. Pichon postula la existencia de un continuum, que va desde la máxima indiscriminación (o simbiosis, fusión entre sujeto y objeto) a la máxima discriminación. En términos psicoanalíticos, habría una referencia desde una fusión inicial (madre-hijo, en el esquema de Mahler), la simbiosis, a la discriminación (pérdida de objeto, posición depresiva, asunción de la castración, etc., de acuerdo a los diversos énfasis psicoanalíticos). El concepto de identificación también estaría en juego aquí: la máxima discriminación implicaría no estar sujeto a identificaciones alienantes, etc. Si bien esto se verá en el apartado correspondiente al tratar las propuestas de Pichon-Rivière, parece importante puntualizar esta sintonía frente a la problemática de la unidad y la diversidad. Para finalizar esta breve (pero sustanciosa) acotación al término grupo, Lewin hace una acotación muy significativa –que además muestra cómo considera el avance del conocimiento: por aproximaciones sucesivas–: “El valor científico que haya podido contener el concepto de la mente de grupo, se resuelve en los problemas concretos y familiares de los todos dinámicos en sociología y psicología social” Entonces la cuestión radica en: cómo definir un grupo, desde todos estos supuestos? Lewin es claro: “la concepción del grupo como todo dinámico debe incluir una definición que se base en la interdependencia de los miembros (o mejor, de las subpartes del grupo)”. Con esta aproximación Lewin quiere contrarrestar la concepción de grupo basada en la similitud de sus integrantes, o de alguno de sus estados o situaciones: “Me parece muy importante este punto, porque muchas definiciones del grupo toman como factor constituyente la similitud de los miembros del grupo más que su interdependencia dinámica. A menudo, por ejemplo, se define el grupo como compuesto por un número de personas con ciertas semejanzas, especialmente de actitudes” . Esta valoración que hace Lewin es central: la idea de grupo como articulación de similitudes no sólo era importante en época de Lewin, sino que aún hoy se mantiene – ¿persistencia de la resistencia epistemológica al grupo?–. Veamos cómo es el desarrollo que hace el autor:– Se ha hablado de grupo como compuesto de miembros semejantes, especialmente en cuanto a las actitudes. – Sin embargo, la cuestión no reside ahí, sino en la interdependencia. – Más aún, puede haber semejanza de actitudes, o de otras características (sexo, raza, situación económica, etc.) pero ahí puede haber o no grupo, es decir, darse o no la interdependencia (en ese caso se trataría de “tipos”, o “clases” –como “clase en sí”–, etc.). – Además, un grupo puede estar constituido por miembros que no presentan gran similitud (la similitud no es algo necesario a los miembros de un grupo) – Es obvio que un todo con un alto grado de unidad puede contener partes muy disímiles. Los ejemplos: una familia, donde están padre, madre, hijo. – Y por último, “es típico de los grupos de alto grado de unidad incluir una variedad de miembros distintos y con variedad de funciones”. Lewin insiste en esta crítica a la idea de grupo en tanto similitud de sus miembros, y en lo engañoso de la misma si se quiere entender el fenómeno grupal. Utiliza algunas referencias muy comunes para los teóricos y practicantes de grupos: la cuestión de la igualdad en los objetivos o el enemigo común. Definir el grupo a partir de estos elementos, es definirlo por la similitud. La cuestión residirá en establecer si esa igualdad de metas o ese enemigo común es o no expresión de la interdependencia de sus miembros. De esta forma, Lewin invierte la cadena, y postula que hay grupo si hay interdependencia, no si hay similitud. Sería así: 1) Igualdad de objetivos, enemigo común, etc., por lo tanto, habría grupo (integrantes similares, en el objetivo o en el peligro a que están expuestos). Entonces, sería el caso del grupo como similitud. 2) Hay interdependencia, que se expresa (en un caso determinado, no siempre, no necesariamente) como igualdad de objetivos, o como creencia en la existencia del enemigo común. Hay grupo pues hay interdependencia. Aquí está expresada con toda claridad la idea que sostiene todas estas consideraciones de Lewin: la idea de Gestalt, de estructura, en el sentido de que la estructura ‘manda’, organiza la situación (en términos actuales: es un organizador), incluso algo común a todos: el sentimiento de pertenencia, o de peligro, etc. Hay que 256 destacar la importancia de estas proposiciones, que van colocando al grupo en un lugar diferente del individuo, y apuntando a una noción de estructura.
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Lic. Jorge Aquilino Alvarez Sosa
Universidad CAECE (Argentina) 2009
Licenciado en Psicología Social (Articulación Universitaria. Resolución R.M. Nº1214/99)
Licenciado en Psicología (por refrendada la R.M. N° 1214/99 por Resolución Ministerial Aprobada N°1653/16, Carrera acreditada por CONEAU, Resolución N°1112/14)
Egresado con Honores.
Promedio: 9.5
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A partir del texto que hemos utilizado para exponer la teoría topológica, “La teoría del campo en la Ciencia Social” (1951), realizaremos ahora la exposición sobre 250 las principales elaboraciones de Lewin sobre los grupos.
A diferencia de la teoría del campo, en cuanto a la problemática grupal el texto se presenta bastante más ordenado.140 En una primera mención a la cuestión de los grupos, ya desde el capítulo I del libro, titulado “Formalización y progreso en Psicología”, Lewin se muestra optimista frente al desarrollo conceptual y metodológico: “Con respecto a las tareas próximas, existe la esperanza de que pronto se logre la medición cuantitativa de las fuerzas psicológicas… Uno de los campos que con más urgencia requiere mejoras, es el de la psicología social. A mi juicio, es posible hoy definir operacionalmente los grupos y las metas grupales y el tipo de constructos que a ellos se refieren. Con esa ayuda se han elaborado las predicciones, confirmadas experimentalmente, acerca del efecto de ciertas atmósferas sociales sobre la vida del grupo. Necesitan pulimento, empero, un número de constructos básicos en psicología social, incluyendo el de los campos inductores (campos de fuerza). El progreso así logrado en el desarrollo conceptual de la psicología garantiza nuestro optimismo” (1951, pág. 40). Desarrollaremos ahora la diversas formas en que Lewin concibe los grupos, y el modo en que articula los conceptos de la teoría del campo para comprender los fenómenos grupales. En el capítulo VI, titulado “La teoría del campo y la experimentación social” Lewin propondrá un primer acercamiento a la noción de grupo. Parte de dos supuestos que recorren toda su obra: a) en términos científicos es importante caracterizar un acontecimiento o un objeto por su interdependencia antes que por la semejanza (o desemejanza). b) en el desarrollo de las ciencias (sociales) se daba una transición de los conceptos fenotípicos a los constructos dinámicos o genéticos (basados en la interdependencia). A partir de estos supuestos, Lewin tomará dos situaciones que utiliza como ejemplos: el caso de los grupos sociales, y el caso de la adolescencia. Si bien es claro el carácter ilustrativo de la exposición, también es evidente que Lewin considera que es el propio desarrollo de la teoría del campo el que permite el conocimiento de un campo tan complejo como el del grupo. Es interesante destacar que en esa referencia a la transición teórica de los conceptos fenotípicos a los dinámicos o genéticos, se encuentran las diversas formas en que se han entendido los grupos. Es decir, en el propio concepto de grupo estas dos ideas –aristotélica y galileana, en términos de Lewin– estarían presentes. Y esto, por qué sucede así? Por un lado, la respuesta que Lewin da es la de la transición del modo de pensar aristotélico al galileano. Podemos agregar algo más: se trata de distintas maneras de “representarse” a los grupos. Una forma lo constituiría la “percepción” de los miembros, otra, la forma científica de considerarlo. Es decir, 1) el grupo, tal como se presenta para sus actores, para sus integrantes, y 2) el grupo, tal como lo “ve” el observador. Esta discriminación que ha sido propuesta como la diferencia entre la noción empírica, o vivencial del grupo, y el concepto de grupo ha sido tratada por diversos autores. Actualmente podríamos decir que es una expresión de lo que se ha llamado la “resistencia epistemológica” (Bachelard) al concepto de grupo.141 En unas pocas líneas, Lewin puntualiza muchos de los problemas que existían acerca de los grupos y su conocimiento: “La definición del concepto ‘grupo’ tiene una historia un tanto caótica. El término está mezclado con problemas filosóficos y metafísicos. Uno de los principales puntos en discusión era si el grupo posee una mente de grupo y si, por consiguiente, constituye una entidad supraindividual. Además, en la discusión se dio con frecuencia mucha importancia a la diferencia entre Gemeinschaft y Gesellschaft, y si se trataba simplemente de cuestiones de organización formal o si existían algo así como una ‘unidad natural del grupo’ basada en factores tales como la empatía” (pág. 142). Como vemos, la capacidad de análisis de Lewin no deja dudas: en cuatro líneas ha esbozado algunas cuestiones que serán centrales para toda teoría de grupos. Grupo (entidad supraindividual) o individuos, Gemeinschaft y la Gesellschaft (sociedad y comunidad) como las dos grandes formas de articulación social, y por último, las ideas que consideraban a los grupos como una cuestión de organización formal o por el contrario, informal, algo producido de forma espontánea. 1) Remite a una discusión que ya ha sido mencionada: Durkheim / Tarde, y diversos continuadores de la polémica, como F. Allport. Y remite también a la cuestión de considerar a la sociedad como una entidad efectivamente existente, o como un agregado de individuos. Así, la pregunta ¿existen los grupos? es idéntica al hecho de preguntarse: ¿existe la sociedad? Se trata de una cuestión epistemológica que va más allá de la psicología. Por otra parte, es importante también quién se hace esa pregunta: si desde una psicología, o desde una sociología, o desde la política (que necesitaría tener claras las respuestas), etc. Y Lewin no desconoce esta consideración, al contrario, su punto de partida reside en una voluntad de intervención definida. 2) La cuestión de sociedad-comunidad no es un juego abstracto de términos, sino un intento de dar respuesta a ciertas problemáticas, entre ellas, la degradación y transformación de ciertas formas de vida, etc. El hecho de que la respuesta haya sido dada desde una posición dualista agregaría una complejidad adicional al asunto, pero éste queda en pie: ¿Cómo comprender los complejos vínculos que existen entre los hombres? El par sociedad / comunidad constituyó un intento de respuesta. El campo grupal, y sus diversas producciones estarían en el mismo registro. 3) La mención final que realiza Lewin para mostrar las dificultades que existen en la determinación del término grupo remite a algo que hemos desarrollado anteriormente: grupo formal e informal, primario / secundario, etc. Lewin plantea que el aporte que permitirá poner orden en ese caos lo constituye la teoría de la Gestalt; y afirma que a quien esté familiarizado con esa teoría, las ideas sobre la mente de grupo le resultarán “familiares”. El aporte proveniente de la teoría de la Gestalt reside en haber descubierto que “un todo dinámico posee propiedades diferentes de las propiedades de sus partes o de la suma de sus partes”.
Ahora bien, Lewin se refiere a lo que llama el “desarrollo histórico del concepto de totalidad o Gestalt”, y considera que si bien al principio de esa concepción psicológica se decía que el todo es más que la suma de las partes, esa idea ha variado en un sentido importante. No se trataría de “más que”, sino de que el todo es diferente de la suma de las partes. No es un “más que”, sino una “diferencia”. El autor es explícito: “En otras palabras, no existe una superioridad de valor del todo. Ambos, el todo y las partes son igualmente reales” Esta precisión conceptual implica un avance en la definición de Gestalt en tanto estructura; así, la estructura (el “todo”) tendría propiedades diferentes. Y lo que sucedió posteriormente en el desarrollo de las teorías grupales –y en el conjunto de las ciencias sociales– parece haber ido por ese camino. Puede considerarse que ahí reside el aporte fundamental lewiniano: indicó una dirección, una forma de comprender el grupo, específica, propia, irreductible a otras. Es evidente la potencia, la fecundidad de su noción de campo: delimita un objeto (un fenómeno) como tal. Delimita el objeto grupo. Lewin avanza en la dirección mencionada: Por una parte, afirma que no hay superioridad de valor del todo (sobre las partes). Por otra parte, postula que existen “todos” con distintos grados de unidad dinámica. Y establece aquí un continuum interesante: – desde un extremo, donde se encuentran agregados de objetos independientes; – otros, cuyo grado de unidad es muy pequeño; – otros, con un grado elevado de unidad, y – finalmente, en el otro extremo, hay todos con tal grado de unidad que resulta inadecuado hablar de partes. Estas consideraciones acercan a Lewin a las elaboraciones realizadas por Bleger y Pichon-Rivière, a partir de las elaboraciones de M. Mahler sobre individuación y simbiosis. Pichon postula la existencia de un continuum, que va desde la máxima indiscriminación (o simbiosis, fusión entre sujeto y objeto) a la máxima discriminación. En términos psicoanalíticos, habría una referencia desde una fusión inicial (madre-hijo, en el esquema de Mahler), la simbiosis, a la discriminación (pérdida de objeto, posición depresiva, asunción de la castración, etc., de acuerdo a los diversos énfasis psicoanalíticos). El concepto de identificación también estaría en juego aquí: la máxima discriminación implicaría no estar sujeto a identificaciones alienantes, etc. Si bien esto se verá en el apartado correspondiente al tratar las propuestas de Pichon-Rivière, parece importante puntualizar esta sintonía frente a la problemática de la unidad y la diversidad. Para finalizar esta breve (pero sustanciosa) acotación al término grupo, Lewin hace una acotación muy significativa –que además muestra cómo considera el avance del conocimiento: por aproximaciones sucesivas–: “El valor científico que haya podido contener el concepto de la mente de grupo, se resuelve en los problemas concretos y familiares de los todos dinámicos en sociología y psicología social” Entonces la cuestión radica en: cómo definir un grupo, desde todos estos supuestos? Lewin es claro: “la concepción del grupo como todo dinámico debe incluir una definición que se base en la interdependencia de los miembros (o mejor, de las subpartes del grupo)”. Con esta aproximación Lewin quiere contrarrestar la concepción de grupo basada en la similitud de sus integrantes, o de alguno de sus estados o situaciones: “Me parece muy importante este punto, porque muchas definiciones del grupo toman como factor constituyente la similitud de los miembros del grupo más que su interdependencia dinámica. A menudo, por ejemplo, se define el grupo como compuesto por un número de personas con ciertas semejanzas, especialmente de actitudes” . Esta valoración que hace Lewin es central: la idea de grupo como articulación de similitudes no sólo era importante en época de Lewin, sino que aún hoy se mantiene – ¿persistencia de la resistencia epistemológica al grupo?–. Veamos cómo es el desarrollo que hace el autor:– Se ha hablado de grupo como compuesto de miembros semejantes, especialmente en cuanto a las actitudes. – Sin embargo, la cuestión no reside ahí, sino en la interdependencia. – Más aún, puede haber semejanza de actitudes, o de otras características (sexo, raza, situación económica, etc.) pero ahí puede haber o no grupo, es decir, darse o no la interdependencia (en ese caso se trataría de “tipos”, o “clases” –como “clase en sí”–, etc.). – Además, un grupo puede estar constituido por miembros que no presentan gran similitud (la similitud no es algo necesario a los miembros de un grupo) – Es obvio que un todo con un alto grado de unidad puede contener partes muy disímiles. Los ejemplos: una familia, donde están padre, madre, hijo. – Y por último, “es típico de los grupos de alto grado de unidad incluir una variedad de miembros distintos y con variedad de funciones”. Lewin insiste en esta crítica a la idea de grupo en tanto similitud de sus miembros, y en lo engañoso de la misma si se quiere entender el fenómeno grupal. Utiliza algunas referencias muy comunes para los teóricos y practicantes de grupos: la cuestión de la igualdad en los objetivos o el enemigo común. Definir el grupo a partir de estos elementos, es definirlo por la similitud. La cuestión residirá en establecer si esa igualdad de metas o ese enemigo común es o no expresión de la interdependencia de sus miembros. De esta forma, Lewin invierte la cadena, y postula que hay grupo si hay interdependencia, no si hay similitud. Sería así: 1) Igualdad de objetivos, enemigo común, etc., por lo tanto, habría grupo (integrantes similares, en el objetivo o en el peligro a que están expuestos). Entonces, sería el caso del grupo como similitud. 2) Hay interdependencia, que se expresa (en un caso determinado, no siempre, no necesariamente) como igualdad de objetivos, o como creencia en la existencia del enemigo común. Hay grupo pues hay interdependencia. Aquí está expresada con toda claridad la idea que sostiene todas estas consideraciones de Lewin: la idea de Gestalt, de estructura, en el sentido de que la estructura ‘manda’, organiza la situación (en términos actuales: es un organizador), incluso algo común a todos: el sentimiento de pertenencia, o de peligro, etc. Hay que 256 destacar la importancia de estas proposiciones, que van colocando al grupo en un lugar diferente del individuo, y apuntando a una noción de estructura.
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Lic. Jorge Aquilino Alvarez Sosa
Universidad CAECE (Argentina) 2009
Licenciado en Psicología Social (Articulación Universitaria. Resolución R.M. Nº1214/99)
Licenciado en Psicología (por refrendada la R.M. N° 1214/99 por Resolución Ministerial Aprobada N°1653/16, Carrera acreditada por CONEAU, Resolución N°1112/14)
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