LA FUNCIÓN DEL COORDINADOR: SU RAZÓN DE SER EN EL GRUPO. PLANTEÁNDONOS ALGUNOS INTERROGANTES!
LA FUNCIÓN DEL COORDINADOR: SU RAZÓN DE SER EN EL GRUPO. PLANTEÁNDONOS ALGUNOS INTERROGANTES!
#Psicologia #Social #Funcion #CoordinadordeGrupos!
#CICArgentina #CICUruguay #SomosCIC #CamaraInternacionalDeConferencistas🌎#JorgeAlvarez
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El presente trabajo surge de necesidades planteadas en la práctica concreta en la formación de coordinadores.
En el contacto con los alumnos en el transcurso de este proceso es inevitable que surjan algunas preguntas básicas en relación al rol.
¿Qué es lo específico de un coordinador de grupo operativo? ¿Qué es lo que lo define como tal? ¿Por qué y para qué debe intervenir? ¿Cuándo y cómo? ¿Qué debe en consecuencia mirar? Sabemos por la experiencia que un coordinador atiende a múltiples elementos y cumple una variedad de funciones.
Cuando nos remitimos a los textos de Enrique Pichon-Rivière y de Ana P. de Quiroga, éstos nos lo confirman. Un rastreo en los artículos de ambos autores, realizado por los alumnos de nuestro actual grupo (trabajo escrito en 1987) de quinto año proporcionó el siguiente listado:
Es tarea del coordinador:
Crear, mantener, fomentar la comunicación.
Señalar un punto de partida falso.
Detectar y señalar obstáculos.
Favorecer la solución dialéctica de dilemas.
Visualizar y contribuir a la elaboración y resolución de contradicciones.
Analizar la funcionalidad de los roles.
Analizar las ideologías subyacentes.
Conducir al grupo al análisis de situaciones que impiden la penetración en la tarea.
Reflexionar acerca de las relaciones de los integrantes entre sí y con la tarea.
Detectar situaciones emergentes.
Tener en cuenta los fenómenos manifiestos y los latentes, lo simbólico, lo fantasmático, la relación sujeto-grupo, la relación mundo interno-mundo externo, los procesos transferenciales, la relación proyecto-resistencia al cambio.
Funcionar como continente y descifrador.
Realizar hipótesis acerca del acontecer implícito que tiendan a explicitar hechos o procesos que no aparecen como manifiestos a los integrantes del grupo (implícitos) y que funcionan como obstáculo para el logro del objetivo.
Contribuir al esclarecimiento de fantasías inconscientes que funcionan como obstáculo en el abordaje del objeto de conocimiento.
Reflexionar acerca del aprendizaje.
Contribuir al reconocimiento de necesidades y objetivos comunes.
Analizar los procesos transferenciales y contratransferenciales.
Favorecer con su técnica los vínculos dentro del grupo.
Apuntar a una regulación de la acción grupal a fin de hacerla eficaz, de potencializarla en vistas a sus objetivos. Centrar la interacción en la tarea, potenciándose así la acción grupal, en tanto se visualicen, aborden y resuelvan los obstáculos que emergen en la marcha hacia los objetivos grupales. Etc., etc., etc.
Cuando trabajamos con los alumnos solemos comprobar que esta multiplicidad confunde su mirada. El aprendiz de coordinador comienza a marchar a la deriva y pierde la noción del por qué y para qué de su inclusión en el grupo. Si esta confusión inicial se mantiene, si no encuentra parámetros que le permitan organizar estos elementos para realizar su lectura y su intervención, esto se constituye en un obstáculo en el desarrollo del rol. Esta dificultad se traduce en intervenciones arbitrarias, fragmentadas, en interpretaciones sueltas, caprichosas, en un “coordinar” que consiste en ir largando en el grupo lo que va “pescando” en una operación que responde más a su propia necesidad de contar lo que ve que a la funcionalidad del rol.
Este coordinador que no puede definir para sí un lugar en el grupo, suele más bien “descoordinar”, disparando al grupo en múltiples direcciones, desorientándolo. Sin quererlo, aumenta la ineficacia y la inoperatividad.
Muchas veces, los grupos sabiamente se defienden y funcionan al margen de sus intervenciones. En otros casos no pueden sustraerse a su influencia; se instala la confusión como regla general. En lugar de esclarecerse las necesidades y producirse un reajuste de las mismas, se pierde de vista el objetivo y la noción de “tarea” se hace cada vez más incomprensible(1).
Frente a esta dificultad, surgen en aquellos que tenemos a nuestro cargo la formación y supervisión de alumnos y coordinadores, algunos interrogantes:
¿De dónde partir en el desarrollo del rol?
¿Cómo encarar el proceso de manera que permita una incorporación gradual de elementos y funciones?
¿Cómo contribuir al desarrollo de una mirada cada vez más abarcativa y profunda que posibilite intervenciones operativas?
¿Cómo facilitar en el aprendizaje del rol, la realización de síntesis progresivas que permitan organizar coherentemente todos los elementos?INTENTANDO UNA RESPUESTA
Creo que una buena alternativa (que fue surgiendo en la práctica) para resolver las dificultades planteadas, consiste en establecer de entrada ciertos parámetros básicos que le permitan al coordinador comprender su razón de ser, desde el rol, en un grupo, de manera tal que su mirada adquiera sentido y su intervención direccionalidad.
Creo que dichos parámetros están determinados por los organizadores internos del grupo. Lo estructurante del grupo orientará la mirada del coordinador.
FUNDAMENTOS
En su trabajo “El concepto de grupo y los principios organizadores de la estructura grupal en el pensamiento de Enrique Pichon-Rivière” Ana Quiroga parte de la definición de grupo de Pichon-Rivière y dice que ésta “como conceptualización de la esencia remite a los principios organizadores internos, es decir a discernir aquello que sería lo configurante del proceso grupal”.
Establece como organizadores, es decir como “configurantes del grupo”:
La constelación necesidades-objeto-tarea.
Los mecanismos de asunción y adjudicación de roles.
La mutua representación interna (MRI).La interacción como secuencia de acciones recíprocas será el proceso por el cual ese conjunto de sujetos que se reúnen motivados pro sus necesidades comunes, comienzan a relacionarse, a conocerse, a ocupar un lugar en la red interaccional (roles), a internalizarse recíprocamente (MRI), a realizar acciones que les permitan lograr ese objetivo común que es la satisfacción de dichas necesidades.
Señala más adelante la estrecha relación que existe entre estos organizadores y la función del coordinador.
“Esta concepción del grupo como sistema interaccional fundado en una constelación de necesidades y objetivos, en una tarea y una finalidad tiene consecuencias a nivel metodológico”(2).
“Es precisamente el conocimiento de esos ‘organizadores internos’, lo ‘estructurante grupal’, lo que permite una intervención psicológica que desarrolle los distintos momentos de la planificación: estrategia, táctica, técnica y logística”(3).
AFINANDO ESA RESPUESTA
Si pensamos en la función estructurante de estos organizadores y en la interrelación que existe entre ellos aparece una diferencia que ya está insinuada en dicho artículo.
Necesidades y objetivos aparecen como los elementos fundantes del grupo. Dan lugar al origen y razón de ser de ese grupo (lo que no se tiene y se busca obtener).
Están ligados la comienzo y al fin, a la motivación y a la direccionalidad y desde allí estructuran el proceso.
Necesidad Objetivo
(por qué se juntan) (para qué se juntan)
Las tareas (acciones pertinentes para satisfacer las necesidades y así alcanzar el objetivo propuesto) surgen y adquieren sentido por esta relación. Su pertinencia dependerá de que contribuyan a la satisfacción de las necesidades que convocaron a los integrantes a constituir ese grupo.
Tareas
Necesidad Objetivo
Los restantes organizadores: mutua representación interna y roles están más específicamente ligados al proceso y por esto encuadrados por los anteriores.
La MRI surge como consecuencia de la interacción pero a su vez incide dialécticamente en ella (y por ende en la satisfacción de la necesidad). Si yo conozco al que está conmigo, si lo tengo internalizado, trabajo mejor. Hay, además de lo que implica el proceso de pertenencia, toda una economía de esfuerzo y aumento de la precisión y la complementariedad que tiene que ver con el ajuste mutuo de las conductas y la posibilidad de anticipar las respuestas del otro.
Tarea
Necesidades Objetivo
Permite ir de N a O
N O
Tarea
se cumple en la
Incide
en
Interacción
Permite la
Se da a través
de los Roles
M.R.I.
Enmarcan
Este gráfico intenta mostrar la relación dialéctica entre los organizadores grupales, pero a su vez cómo de la relación necesidad-objetivo surge la tarea y cómo esta constelación encuadra a los restantes.
UNA PROPUESTA
Por todo lo dicho y algunas razones que seguirán, proponemos como parámetro central del coordinador la constelación necesidad-objetivo-tarea.
Hemos comprobado en la práctica que si el coordinador aprende a mirar al grupo desde este visor:
Grupo
Coordinador Relación
Tarea
Necesidad
Objetivo
interrogándose permanentemente qué sucede en esta relación (grupo-tarea); si siempre tiene presente el objetivo grupal, es posible que paulatinamente pueda ir incorporando en su lectura todos los elementos que hacen a la técnica de grupo operativo, los que al posibilitarle una lectura más profunda contribuirán a una intervención pertinente y eficaz.
Por un lado aprende a estar atento al surgimiento del obstáculo.
G
C Obstáculo
T
El trabajo sobre mutua representación interna y roles(4) adquiere su razón de ser.
Por otro lado es así como la lectura de lo latente, el esclarecimiento de la fantasía, el análisis de lo transferencial y lo contratransferencial, etc., se pone al servicio de esta mirada. También se clarifica el frecuente interrogante desde la coordinación acerca de cuáles son los límites, en lo que hace a las intervenciones, respecto de la verticalidad de los integrantes (el debatido tema del límite con lo terapéutico).
Por todo lo dicho surge que la direccionalidad de la intervención (el para qué de la misma) está encuadrada por la direccionalidad del grupo (objetivo o proyecto que se propone).
LA ESPECIFICIDAD DEL GRUPO OPERATIVO
La especificidad del grupo operativo como grupo centrado en la tarea (5) está clara en los trabajos de Pichón-Rivière.
En “Historia de la técnica de los grupos operativos” dice: “...los grupos operativos se definen como grupos centrados en la tarea”.
“Para nosotros la tarea es lo esencial del proceso grupal...”
“Reiteramos que hay una diferenciación clara entre grupos centrados en el individuo, centrados en el grupo y centrados en la tarea”.
“El eje de la tarea hace de esta técnica un instrumento útil para cualquier clase de trabajo”.
“...señala el carácter diferencial del grupo operativo por el hecho de que no está centrado en el grupo como totalidad, sino en la relación que los integrantes mantienen con la tarea. Es decir, el vínculo fundamental, establecido o a establecer, es la relación entre un grupo y sus miembros con una tarea determinada...”
1 Esta confusión se hace evidente en la reiteración de la pregunta “pero, entonces ¿qué es la tarea?” y en la dificultad de los alumnos para discriminar los momentos de tarea de los de pre-tarea.
2 “Enfoques y Perspectivas en Psicología Social” por Ana P. de Quiroga, pág. 89.
3 op. Cit., pág. 83.
4 “Los roles en un grupo están requeridos desde la tarea”. P. de Quiroga, Ana, en op. cit.
5 Es importante tener en cuenta que a veces en Pichon-Rivière, tarea y objetivo aparecen casi como sinónimos. Así en la definición de grupo habla de “una tarea que constituye su finalidad”. En otras ocasiones la tarea aparece discriminada como la “marcha hacia el logro de objetivos”. Lo mismo sucede en los trabajos de Ana. En su artículo “El concepto de grupo...” aparece en un párrafo “la acción hacia el otro... no surge al azar sino con un objetivo o tarea...” Más adelante define a la tarea como “el conjunto de acciones destinadas al logro del objetivo”.
Lo que resulta obvio es que al hablar de tarea por lo expuesto más arriba, inevitablemente debemos tomar en cuenta el objetivo grupal ya que existe una íntima interdependencia. En este sentido está tomado el concepto de tarea en este trabajo.
Lic. Jorge Aquilino Alvarez Sosa
Universidad CAECE (Argentina) 2009
Licenciado en Psicología Social (Articulación Universitaria. Resolución R.M. Nº1214/99)
Licenciado en Psicología (por refrendada la R.M. N° 1214/99 por Resolución Ministerial Aprobada N°1653/16, Carrera acreditada por CONEAU, Resolución N°1112/14)
Egresado con Honores.
Promedio: 9.5
En el contacto con los alumnos en el transcurso de este proceso es inevitable que surjan algunas preguntas básicas en relación al rol.
¿Qué es lo específico de un coordinador de grupo operativo? ¿Qué es lo que lo define como tal? ¿Por qué y para qué debe intervenir? ¿Cuándo y cómo? ¿Qué debe en consecuencia mirar? Sabemos por la experiencia que un coordinador atiende a múltiples elementos y cumple una variedad de funciones.
Cuando nos remitimos a los textos de Enrique Pichon-Rivière y de Ana P. de Quiroga, éstos nos lo confirman. Un rastreo en los artículos de ambos autores, realizado por los alumnos de nuestro actual grupo (trabajo escrito en 1987) de quinto año proporcionó el siguiente listado:
Es tarea del coordinador:
Crear, mantener, fomentar la comunicación.
Señalar un punto de partida falso.
Detectar y señalar obstáculos.
Favorecer la solución dialéctica de dilemas.
Visualizar y contribuir a la elaboración y resolución de contradicciones.
Analizar la funcionalidad de los roles.
Analizar las ideologías subyacentes.
Conducir al grupo al análisis de situaciones que impiden la penetración en la tarea.
Reflexionar acerca de las relaciones de los integrantes entre sí y con la tarea.
Detectar situaciones emergentes.
Tener en cuenta los fenómenos manifiestos y los latentes, lo simbólico, lo fantasmático, la relación sujeto-grupo, la relación mundo interno-mundo externo, los procesos transferenciales, la relación proyecto-resistencia al cambio.
Funcionar como continente y descifrador.
Realizar hipótesis acerca del acontecer implícito que tiendan a explicitar hechos o procesos que no aparecen como manifiestos a los integrantes del grupo (implícitos) y que funcionan como obstáculo para el logro del objetivo.
Contribuir al esclarecimiento de fantasías inconscientes que funcionan como obstáculo en el abordaje del objeto de conocimiento.
Reflexionar acerca del aprendizaje.
Contribuir al reconocimiento de necesidades y objetivos comunes.
Analizar los procesos transferenciales y contratransferenciales.
Favorecer con su técnica los vínculos dentro del grupo.
Apuntar a una regulación de la acción grupal a fin de hacerla eficaz, de potencializarla en vistas a sus objetivos. Centrar la interacción en la tarea, potenciándose así la acción grupal, en tanto se visualicen, aborden y resuelvan los obstáculos que emergen en la marcha hacia los objetivos grupales. Etc., etc., etc.
Cuando trabajamos con los alumnos solemos comprobar que esta multiplicidad confunde su mirada. El aprendiz de coordinador comienza a marchar a la deriva y pierde la noción del por qué y para qué de su inclusión en el grupo. Si esta confusión inicial se mantiene, si no encuentra parámetros que le permitan organizar estos elementos para realizar su lectura y su intervención, esto se constituye en un obstáculo en el desarrollo del rol. Esta dificultad se traduce en intervenciones arbitrarias, fragmentadas, en interpretaciones sueltas, caprichosas, en un “coordinar” que consiste en ir largando en el grupo lo que va “pescando” en una operación que responde más a su propia necesidad de contar lo que ve que a la funcionalidad del rol.
Este coordinador que no puede definir para sí un lugar en el grupo, suele más bien “descoordinar”, disparando al grupo en múltiples direcciones, desorientándolo. Sin quererlo, aumenta la ineficacia y la inoperatividad.
Muchas veces, los grupos sabiamente se defienden y funcionan al margen de sus intervenciones. En otros casos no pueden sustraerse a su influencia; se instala la confusión como regla general. En lugar de esclarecerse las necesidades y producirse un reajuste de las mismas, se pierde de vista el objetivo y la noción de “tarea” se hace cada vez más incomprensible(1).
Frente a esta dificultad, surgen en aquellos que tenemos a nuestro cargo la formación y supervisión de alumnos y coordinadores, algunos interrogantes:
¿De dónde partir en el desarrollo del rol?
¿Cómo encarar el proceso de manera que permita una incorporación gradual de elementos y funciones?
¿Cómo contribuir al desarrollo de una mirada cada vez más abarcativa y profunda que posibilite intervenciones operativas?
¿Cómo facilitar en el aprendizaje del rol, la realización de síntesis progresivas que permitan organizar coherentemente todos los elementos?INTENTANDO UNA RESPUESTA
Creo que una buena alternativa (que fue surgiendo en la práctica) para resolver las dificultades planteadas, consiste en establecer de entrada ciertos parámetros básicos que le permitan al coordinador comprender su razón de ser, desde el rol, en un grupo, de manera tal que su mirada adquiera sentido y su intervención direccionalidad.
Creo que dichos parámetros están determinados por los organizadores internos del grupo. Lo estructurante del grupo orientará la mirada del coordinador.
FUNDAMENTOS
En su trabajo “El concepto de grupo y los principios organizadores de la estructura grupal en el pensamiento de Enrique Pichon-Rivière” Ana Quiroga parte de la definición de grupo de Pichon-Rivière y dice que ésta “como conceptualización de la esencia remite a los principios organizadores internos, es decir a discernir aquello que sería lo configurante del proceso grupal”.
Establece como organizadores, es decir como “configurantes del grupo”:
La constelación necesidades-objeto-tarea.
Los mecanismos de asunción y adjudicación de roles.
La mutua representación interna (MRI).La interacción como secuencia de acciones recíprocas será el proceso por el cual ese conjunto de sujetos que se reúnen motivados pro sus necesidades comunes, comienzan a relacionarse, a conocerse, a ocupar un lugar en la red interaccional (roles), a internalizarse recíprocamente (MRI), a realizar acciones que les permitan lograr ese objetivo común que es la satisfacción de dichas necesidades.
Señala más adelante la estrecha relación que existe entre estos organizadores y la función del coordinador.
“Esta concepción del grupo como sistema interaccional fundado en una constelación de necesidades y objetivos, en una tarea y una finalidad tiene consecuencias a nivel metodológico”(2).
“Es precisamente el conocimiento de esos ‘organizadores internos’, lo ‘estructurante grupal’, lo que permite una intervención psicológica que desarrolle los distintos momentos de la planificación: estrategia, táctica, técnica y logística”(3).
AFINANDO ESA RESPUESTA
Si pensamos en la función estructurante de estos organizadores y en la interrelación que existe entre ellos aparece una diferencia que ya está insinuada en dicho artículo.
Necesidades y objetivos aparecen como los elementos fundantes del grupo. Dan lugar al origen y razón de ser de ese grupo (lo que no se tiene y se busca obtener).
Están ligados la comienzo y al fin, a la motivación y a la direccionalidad y desde allí estructuran el proceso.
Necesidad Objetivo(por qué se juntan) (para qué se juntan)
Las tareas (acciones pertinentes para satisfacer las necesidades y así alcanzar el objetivo propuesto) surgen y adquieren sentido por esta relación. Su pertinencia dependerá de que contribuyan a la satisfacción de las necesidades que convocaron a los integrantes a constituir ese grupo.
Tareas
Necesidad Objetivo
Los restantes organizadores: mutua representación interna y roles están más específicamente ligados al proceso y por esto encuadrados por los anteriores.
La MRI surge como consecuencia de la interacción pero a su vez incide dialécticamente en ella (y por ende en la satisfacción de la necesidad). Si yo conozco al que está conmigo, si lo tengo internalizado, trabajo mejor. Hay, además de lo que implica el proceso de pertenencia, toda una economía de esfuerzo y aumento de la precisión y la complementariedad que tiene que ver con el ajuste mutuo de las conductas y la posibilidad de anticipar las respuestas del otro.
TareaNecesidades Objetivo
Permite ir de N a O
N OTarea
se cumple en la Incideen
Interacción
Permite la
Se da a través
de los Roles M.R.I.
Enmarcan
Este gráfico intenta mostrar la relación dialéctica entre los organizadores grupales, pero a su vez cómo de la relación necesidad-objetivo surge la tarea y cómo esta constelación encuadra a los restantes.
UNA PROPUESTA
Por todo lo dicho y algunas razones que seguirán, proponemos como parámetro central del coordinador la constelación necesidad-objetivo-tarea.
Hemos comprobado en la práctica que si el coordinador aprende a mirar al grupo desde este visor:
Grupo
Coordinador Relación
TareaNecesidad
Objetivo
interrogándose permanentemente qué sucede en esta relación (grupo-tarea); si siempre tiene presente el objetivo grupal, es posible que paulatinamente pueda ir incorporando en su lectura todos los elementos que hacen a la técnica de grupo operativo, los que al posibilitarle una lectura más profunda contribuirán a una intervención pertinente y eficaz.
Por un lado aprende a estar atento al surgimiento del obstáculo.
G C ObstáculoT
El trabajo sobre mutua representación interna y roles(4) adquiere su razón de ser.
Por otro lado es así como la lectura de lo latente, el esclarecimiento de la fantasía, el análisis de lo transferencial y lo contratransferencial, etc., se pone al servicio de esta mirada. También se clarifica el frecuente interrogante desde la coordinación acerca de cuáles son los límites, en lo que hace a las intervenciones, respecto de la verticalidad de los integrantes (el debatido tema del límite con lo terapéutico).
Por todo lo dicho surge que la direccionalidad de la intervención (el para qué de la misma) está encuadrada por la direccionalidad del grupo (objetivo o proyecto que se propone).
LA ESPECIFICIDAD DEL GRUPO OPERATIVO
La especificidad del grupo operativo como grupo centrado en la tarea (5) está clara en los trabajos de Pichón-Rivière.
En “Historia de la técnica de los grupos operativos” dice: “...los grupos operativos se definen como grupos centrados en la tarea”.
“Para nosotros la tarea es lo esencial del proceso grupal...”
“Reiteramos que hay una diferenciación clara entre grupos centrados en el individuo, centrados en el grupo y centrados en la tarea”.
“El eje de la tarea hace de esta técnica un instrumento útil para cualquier clase de trabajo”.
“...señala el carácter diferencial del grupo operativo por el hecho de que no está centrado en el grupo como totalidad, sino en la relación que los integrantes mantienen con la tarea. Es decir, el vínculo fundamental, establecido o a establecer, es la relación entre un grupo y sus miembros con una tarea determinada...”
1 Esta confusión se hace evidente en la reiteración de la pregunta “pero, entonces ¿qué es la tarea?” y en la dificultad de los alumnos para discriminar los momentos de tarea de los de pre-tarea.
2 “Enfoques y Perspectivas en Psicología Social” por Ana P. de Quiroga, pág. 89.
3 op. Cit., pág. 83.
4 “Los roles en un grupo están requeridos desde la tarea”. P. de Quiroga, Ana, en op. cit.
5 Es importante tener en cuenta que a veces en Pichon-Rivière, tarea y objetivo aparecen casi como sinónimos. Así en la definición de grupo habla de “una tarea que constituye su finalidad”. En otras ocasiones la tarea aparece discriminada como la “marcha hacia el logro de objetivos”. Lo mismo sucede en los trabajos de Ana. En su artículo “El concepto de grupo...” aparece en un párrafo “la acción hacia el otro... no surge al azar sino con un objetivo o tarea...” Más adelante define a la tarea como “el conjunto de acciones destinadas al logro del objetivo”.
Lo que resulta obvio es que al hablar de tarea por lo expuesto más arriba, inevitablemente debemos tomar en cuenta el objetivo grupal ya que existe una íntima interdependencia. En este sentido está tomado el concepto de tarea en este trabajo.
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Lic. Jorge Aquilino Alvarez Sosa
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Licenciado en Psicología Social (Articulación Universitaria. Resolución R.M. Nº1214/99)
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Promedio: 9.5
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